Nuestra Familia.

Madre Dolores Márquez

Nació en Sevilla, el 25 de diciembre de 1817. Hija de D. Alonso Márquez y de Dña. Catalina Romero de Onoro.

Funda la Congregación Religiosa Filipenses Hijas de María Dolorosa en 1859. En 1869 funda nuestro Colegio de Santa Isabel, siendo el primer colegio femenino gratuito de Sevilla.



Mujer valiente y de gran corazón. Dedicó toda su vida a la promoción de la niñez y de la juventud marginada de su tiempo y empleó toda su energía en la lucha por la dignidad de la mujer.

Su pedagogía fue el amor: "El amor se lo enseñó todo". Y ese amor, individualizado, le llevó a aplicar un procedimiento nuevo, un sistema diferente, un método sin estrenar para cada una. El amor fue su ciencia. El sistema le hizo emplear sistems heroícos y obtener históricos resultados.

Todo el mundo es mi país.



Padre Francisco García Tejero.

Nace en Garray (Soria) el 11 de Mayo de 1825, hijo de Manuel García y de Marta Tejero. A los nueve años le enviaron a vivir con sus tíos en Fuentes de Andalucía (Sevilla).

Desde pequeño deseó ser sacerdote. En 1846 llega a Sevilla e inicia sus estudios, no sin grandes dificultades. Ingresa en el Oratorio de San Felipe Neri.

Y en 1854, tras la Revolución se va a vivir a la parroquía de San Roque donde descubre "otra realidad": la realidad de los suburbios, de los corrales, de la marginación y de la pobreza más absoluta; realidad que marca definitivamente su vida y que le hace salir al paso. No en vano le llaman "el cura de los corrales". En 1859 funda con Madre Dolores la congragación de R.R Filipenses Hijas de María Dolorosa.

Sed Buenos, si podéis.



Felipe Neri.

Nace en Florencia en 1515, hijo de Francesco y Lucrecia Neri, quien falleció cuando Felipe aún era un niño. Felipe tuvo dos hermanas menores, Caterina y Elisabetta y un hermano que murió siendo aún muy niño.

Su padre, quien alternaba su profesión liberal con la de notario, mantenía gran amistad con los dominicos, siendo de los frailes del Monasterio de San Marcos de los que recibiría Felipe Neri muchas de sus primeras enseñanzas religiosas.



Felipe estudió humanidades y a la edad de dieciséis años fue enviado a ayudar en los negocios a un primo de su padre en San Germano, cerca de Monte Cassino. Felipe a menudo se retiraba a una pequeña capilla de la montaña que pertenecía a los benedictinos de Monte Cassino. Fue aquí donde su vocación se hizo definida y en 1533 decidió marchar a Roma.

Vida laica en Roma

En Roma trabó amistad con Galeotto Caccia, un aduanero florentino, que le dió una habitación en su casa y la manutención a cambio de que emprendiera la educación de sus dos hijos. Mientras era tutor de los niños estudió filosofía en la Sapienza, y teología en la escuela de los agustinos y escribió la mayor parte de la poesía que compuso tanto en latín como en italiano de la que solamente algunos sonetos han perdurado.

Felipe se encontró en Roma con una Iglesia en donde el colegio cardenalicio era gobernado por los Médici, de suerte que muchos cardenales se comportaban más bien como príncipes seculares que como eclesiásticos. Parte del clero había caído en la indiferencia, cuando no en la corrupción y muchos sacerdotes no celebraban la Misa sino rara vez, dejaban arruinarse las iglesias y se desentendían del cuidado espiritual de los fieles.



Al mismo tiempo, el pueblo romano parecía haberse alejado de la fe cristiana. La tarea de Felipe habría de consistir en reevangelizar la ciudad de Roma, por lo que un día se le llamaría el Apóstol de Roma. Felipe, aún laico, comenzó dirigiéndose a las gentes en mercados y plazas, e inició visitas a hospitales, induciendo a otros a acompañarlo.

Hacia 1544 estableció amistad con San Ignacio de Loyola, a quien quiso seguir como misionero en Asia, aunque finalmente desistió porque deseaba continuar con la labor iniciada en Roma, constituyendo el núcleo de lo que después se convirtió en la Hermandad del Pequeño Oratorio.

Aunque Felipe rezaba principalmente en la iglesia de San Eustachio, muy cerca de la casa de Caccia, fue en las catacumbas de San Sebastiano donde tuvo lugar, en 1544, el que se conoce en la tradición cristiana como milagro de su corazón (su corazón creció de tal manera que algunas costillas se quebraron).

Durante sus últimos años de laico Felipe extendió su apostolado. En 1548, junto con su confesor, Persiano Rosa, fundó la Confraternidad de la Santísima Trinidad, conocida como la cofradía de los pobres, para ocuparse de los peregrinos y convalecientes.



En 1562, aceptó el cargo de párroco de la iglesia San Giovanni dei Fiorentini (la de los florentinos en Roma), sin embargo, como se resistía a abandonar San Girolamo, permaneció en este templo a pesar de convertirse en párroco de San Giovanni.

Sus miembros se reunían para la comunión, la oración y otros ejercicios espirituales en la Iglesia de San Salvatore in Campo, y el propio Felipe introdujo la exposición del Santísimo Sacramento una vez al mes y difundir así la devoción de las cuarenta horas (adoración Eucarística).

Sacerdocio

El 23 de mayo de 1551, por mandato del propio Persiano Rosa, entró en el sacerdocio, y se fue a vivir a San Girolamo della Carita, donde la principal regla era vivir en caridad con sus hermanos. Entre los nuevos compañeros de Felipe, estaban Persiano Rosa y Buonsignore Cacciaguerra.

En 1559, Felipe comenzó a organizar visitas regulares a las Siete Iglesias, en compañía de sacerdotes y religiosos, así como de laicos. Estas visitas fueron la ocasión de una corta pero aguda persecución religiosa al haber sido denunciado como creador de nuevas sectas. El cardenal vicario le convocó y le reprendió, siendo suspendido de oír confesiones, pero al cabo de dos semanas quedó probada su inocencia ante las autoridades eclesiásticas.



La Hermandad del Pequeño Oratorio fue creciendo y en 1575 fue formalmente reconocida por Gregorio XIII como la Congregación del Oratorio, y se le concedió la iglesia de Santa María in Vallicella, donde los religiosos se instalaron en 1577, año en el que inauguraron la Chiesa Nuova, construida en el sitio de la vieja Santa María, y donde trasladaron los ejercicios a un nuevo oratorio, aunque Felipe permaneció en San Girolamo hasta 1583, dejando entonces su viejo hogar e instalándose en Santa María de la Vallicella. En 1593 dimitió del cargo de superior que le había sido conferido de por vida.

La personalidad de Felipe atrajo al cardenal Felice Peretti, quien al convertirse en el Papa Sixto V, en 1590, deseó nombrar cardenal a Felipe Neri, pero él no aceptó.

Muerte, beatificación y canonización

Los últimos años de su vida fueron marcados por periodos de enfermedad y recuperación. El 12 de mayo de 1595 el cardenal Baronio, que le había sucedido como superior, le dió la extremaunción. El 26 de mayo, a la edad de 79 años, expiró.

San Felipe Neri fue beatificado por Pablo V en 1615, y canonizado por Gregorio XV en 1622. En el Santoral Católico su onomástica se celebra el 26 de mayo.



Congregación del Oratorio

En 1564 el Papa Pío IV pidió a San Felipe Neri que asumiera la responsabilidad de la Iglesia de San Giovanni de los Fiorentinos. Fueron entonces ordenados tres de sus discípulos. Los religiosos vivían y oraban en comunidad, bajo la dirección de Felipe Neri.

Con el beneplácito del Papa Gregorio XIII, San Felipe Neri y sus colaboradores adquirieron, en 1575, su propia iglesia, Santa María de Vallicella, que se encontraba casi en ruinas y resultaba demasiado pequeña, por lo que Felipe Neri decidió demolerla y construir una más grande, la llamada "Chiesa Nuova".

El Papa aprobó formalmente la Congregación del Oratorio. Era la única en la que los sacerdotes eran seculares que vivían en comunidad pero sin votos. Los miembros retenían sus propiedades pero debían contribuir a los gastos de la comunidad. Los que deseaban tomar votos estaban libres para dejar la Congregación y unirse a una orden religiosa. El instituto tenía como fin la oración, la predicación y la administración de los sacramentos.